Peligro de gol
Peligro de gol A Rita Rose Klein Hullman in memoriam. Una mujer puede llegar a ser un buen gol. Un futbolista como yo bien lo sabe. En la mañana te levantas y todavía a mediodía estás corriendo de aquí allá con el balón en los pies hasta que te duele el cuello de tanto mirar hacia el suelo; vas de un toquecito sutil a una gambeta de esas que acaban con la mediocridad de una práctica y que te celebran los compañeros del equipo entre risas y promesas. Debes correr como Di Stefano , como Porshe y comerte la grama en un violento frenazo, girar, tocarla suave, que reaccione, que se ponga del lado adecuado y entonces te das cuenta que sí, que una mujer es a veces un buen gol. Una vez iba yo a la mitad del campo, el público gritaba como focas (así se oye); pasé boqueando como un imbécil o como un campeón; dejé atrás el ombligo del campo, el pezón redondo, el ojo blanco sobre el verde y ya pierdo la facultad de pensar, mi percepción se vuelve pura imaginación para saber dónde está ...