LIBERALISMO
Las frecuentes noticias acerca de casos corrupción en los medio,
que hablan de irregularidades en el Sector Público, como entre los
empresarios parasitarios; los comentarios directos realizados por los
líderes del gobierno revolucionario y de los partidos del Gran Polo
Patriótico —y nuestras constataciones personales—,
hacen cada día más urgente la necesidad de que superemos la cultura
política de la IV República que tanto daño le está haciendo al Proceso,
para ello la lucha contra la ideología hegemónica, contra las costumbres
profundamente arraigadas en la práctica social y la formación de una auténtica conciencia de clase, es el arma con que implantaremos una nueva ética ciudadana —revolucionaria.
El camarada Mao Zedong prestó en su momento especial atención a las conductas que debilitaban la integridad moral y ética de los militantes del Partido Comunista de China. Ciertamente, existen abismales diferencias entre la revolución bolivariana y la china. Desde el momento en que el camarada Mao escribio el documento los tiempos han cambiado, sin embargo hay conductas que persisten, que debemos enfrentar y que están muy bien ilustradas en el texto Contra el liberalismo, de El Gran Timonel, cuya vigencia es tremendamente actual. Hemos querido adaptar el texto original de Mao a la realidad venezolana actual para resaltar conductas frecuentes en las que incurren, ciudadanos comunes, personas integradas al proceso y lo más grave, militantes del Partido Socialista Unido de Venezuela.
El liberalismo es una conducta típica del modo de ser pequeño burgués; en nuestro caso actual heredada de la IV República, la vemos en nuestras instituciones, entre los seguidores del proceso revolucionario y cuadros del Partido. El Liberalismo rechaza la lucha ideológica para evitar los cambios y dejar el mismo estilo decadente del pasado, que condujo al país a la degeneración política. Recientemente el presidente Maduro mencionó que se ha registrado ciertatendencia a la desideologización del colectivo que tradicionalmente ha apoyado al Proceso. El Liberalismo es responsable en mucho de ese fenómeno de desideologización, de posible apatía en nuestras filas.
La función del Líder es enseñar a través del ejemplo, como lo hizo el Che Guevara. Debemos fijar posición frente a las conductas delictivas, la reventa de productos de primera necesidad, el soborno, el peculado de uso, el abuso de poder y sobre todo la laxitud de las autoridades frente al delito: la impunidad.
El liberalismo se manifiesta en diferentes formas:
1. A sabiendas de que una persona está en un error, no sostener una discusión de principio con ella y dejar pasar las cosas para preservar la paz y la amistad, porque se trata de un conocido, paisano, condiscípulo, amigo íntimo, familiar, ser querido, viejo colega o viejo subordinado. Busca mantenerse en buenos términos con esa persona, evitando fricciones en lugar de ir hasta el fondo. Así, tanto la colectividad como el individuo resultan perjudicados.
2. Hacer críticas irresponsables en privado en vez de plantear activamente sugerencias a la organización. No decir nada a los demás en su presencia, sino andar con chismes a sus espaldas o callarse en las reuniones, pero murmurar después. No considerar para nada los principios de la vida colectiva, sino dejarse llevar por las inclinaciones e intereses personales.
3. Dejar pasar todo lo que no le afecte a uno personalmente; decir lo menos posible aunque se tenga perfecta conciencia de que algo es incorrecto; ser hábil en mantenerse a cubierto y preocuparse únicamente de evitar reproches.
4. Desobedecer las órdenes y colocar las opiniones personales en primer lugar; exigir consideraciones especiales de la organización, pero rechazar su disciplina.
5. Entregarse a ataques personales, armar líos, desahogar rencores personales o buscar venganza, en vez de debatir los puntos de vista erróneos y luchar contra ellos en bien de la unidad, el progreso y el buen cumplimiento del trabajo.
6. Escuchar opiniones incorrectas y no refutarlas, aceptando tranquilamente expresiones reaccionarias, como si nada hubiera pasado.
7. Al hallarnos reunidos los trabajadores, no recalcar los logros del proceso ni participar de manera activa, sino permanecer indiferente sin mostrar preocupación por el bienestar común.
8. No indignarse al ver que alguien perjudica los intereses de los trabajadores y del pueblo en general, sin disuadirlo, ni impedir su acción, ni razonar con él, sino dejar actuar libremente.
9. Trabajar improvisadamente, sin plan ni orientación definidos; cumplir sólo con las formalidades y pasar los días vegetando.
10. Considerar que se ha rendido grandes servicios a la revolución y darse aires de veterano; desdeñar las tareas pequeñas pero no estar a la altura de las grandes; ser negligente en el trabajo y flojo en el estudio.
11. Tener conciencia de nuestros propios errores y no corregirlos, asumiendo una actitud liberal para con nosotros mismos.
El camarada Mao Zedong prestó en su momento especial atención a las conductas que debilitaban la integridad moral y ética de los militantes del Partido Comunista de China. Ciertamente, existen abismales diferencias entre la revolución bolivariana y la china. Desde el momento en que el camarada Mao escribio el documento los tiempos han cambiado, sin embargo hay conductas que persisten, que debemos enfrentar y que están muy bien ilustradas en el texto Contra el liberalismo, de El Gran Timonel, cuya vigencia es tremendamente actual. Hemos querido adaptar el texto original de Mao a la realidad venezolana actual para resaltar conductas frecuentes en las que incurren, ciudadanos comunes, personas integradas al proceso y lo más grave, militantes del Partido Socialista Unido de Venezuela.
El liberalismo es una conducta típica del modo de ser pequeño burgués; en nuestro caso actual heredada de la IV República, la vemos en nuestras instituciones, entre los seguidores del proceso revolucionario y cuadros del Partido. El Liberalismo rechaza la lucha ideológica para evitar los cambios y dejar el mismo estilo decadente del pasado, que condujo al país a la degeneración política. Recientemente el presidente Maduro mencionó que se ha registrado ciertatendencia a la desideologización del colectivo que tradicionalmente ha apoyado al Proceso. El Liberalismo es responsable en mucho de ese fenómeno de desideologización, de posible apatía en nuestras filas.
La función del Líder es enseñar a través del ejemplo, como lo hizo el Che Guevara. Debemos fijar posición frente a las conductas delictivas, la reventa de productos de primera necesidad, el soborno, el peculado de uso, el abuso de poder y sobre todo la laxitud de las autoridades frente al delito: la impunidad.
El liberalismo se manifiesta en diferentes formas:
1. A sabiendas de que una persona está en un error, no sostener una discusión de principio con ella y dejar pasar las cosas para preservar la paz y la amistad, porque se trata de un conocido, paisano, condiscípulo, amigo íntimo, familiar, ser querido, viejo colega o viejo subordinado. Busca mantenerse en buenos términos con esa persona, evitando fricciones en lugar de ir hasta el fondo. Así, tanto la colectividad como el individuo resultan perjudicados.
2. Hacer críticas irresponsables en privado en vez de plantear activamente sugerencias a la organización. No decir nada a los demás en su presencia, sino andar con chismes a sus espaldas o callarse en las reuniones, pero murmurar después. No considerar para nada los principios de la vida colectiva, sino dejarse llevar por las inclinaciones e intereses personales.
3. Dejar pasar todo lo que no le afecte a uno personalmente; decir lo menos posible aunque se tenga perfecta conciencia de que algo es incorrecto; ser hábil en mantenerse a cubierto y preocuparse únicamente de evitar reproches.
4. Desobedecer las órdenes y colocar las opiniones personales en primer lugar; exigir consideraciones especiales de la organización, pero rechazar su disciplina.
5. Entregarse a ataques personales, armar líos, desahogar rencores personales o buscar venganza, en vez de debatir los puntos de vista erróneos y luchar contra ellos en bien de la unidad, el progreso y el buen cumplimiento del trabajo.
6. Escuchar opiniones incorrectas y no refutarlas, aceptando tranquilamente expresiones reaccionarias, como si nada hubiera pasado.
7. Al hallarnos reunidos los trabajadores, no recalcar los logros del proceso ni participar de manera activa, sino permanecer indiferente sin mostrar preocupación por el bienestar común.
8. No indignarse al ver que alguien perjudica los intereses de los trabajadores y del pueblo en general, sin disuadirlo, ni impedir su acción, ni razonar con él, sino dejar actuar libremente.
9. Trabajar improvisadamente, sin plan ni orientación definidos; cumplir sólo con las formalidades y pasar los días vegetando.
10. Considerar que se ha rendido grandes servicios a la revolución y darse aires de veterano; desdeñar las tareas pequeñas pero no estar a la altura de las grandes; ser negligente en el trabajo y flojo en el estudio.
11. Tener conciencia de nuestros propios errores y no corregirlos, asumiendo una actitud liberal para con nosotros mismos.
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