¿Por qué Jericó?

Desde la misma llegada del Comandante Chávez al poder la derecha ha hecho todos los esfuerzos por acabar con el gobierno revolucionario y desconocer la Constitución, una de las más avanzadas del mundo y orgullo del pueblo venezolano.

Luego de la partida del Comandante Eterno, Hugo Chávez y desde el momento que el Consejo Nacional Electoral diera por ganador a Nicolás Maduro, comenzaron la guarimbas (acciones callejeras violentas) para amenazar la estabilidad del sistema democrático. 

A ese plan le llamó la derecha La Salida. El pueblo venezolano fue testigo, como nunca, de la más frenética ola de violencia cargada de imágenes grotescas: máscaras diabólicas, capas, sacrificios rituales, vigilias orgiásticas, danzas para celebrar los asesinatos de 43 personas y más de 800 lesionados.

Como consecuencia del plan La Salida, el opositor Leopoldo López es detenido, las guarimbas comienzan a desaparecer de las calles. La oposición apoyada por Fedecámaras y Consecomercio, organizaciones que aglutinan a la derecha empresarial, inician un nuevo plan La Transición, que consistió en una guerra económica; el desabastecimiento de los productos de primera necesidad y el contrabando de extracción hacia Colombia, incluyendo la gasolina, tuvieron como objetivo exacerbar los ánimos del pueblo y empujarlo al saqueo de los comercios. Sin embargo pueblo reaccionó disciplinadamente y no cayó en la provocación. Seguidamente la oposición publicó en la prensa reaccionaria un manifiesto golpista, en el que abiertamente se llamaba a la subversión y al desconocimiento del gobierno y a los representantes de los poderes públicos, luego de este hecho las investigaciones de los cuerpos de inteligencia del estado apuntan hacia Antonio Ledezma, Alcalde Metropolitano de Caracas, quien fue hecho preso.

Hasta aquí la estrategia no difiere en mucho de las anteriores acciones de desconocimiento del gobierno de Maduro. Hasta aquí todo seguiría pareciéndose a un intento más de la oligarquía criolla.

Operación Jericó

Antecedentes de una denominación.- Cuando Hitler incursionó en la primavera de 1941 en el territorio de la Unión Soviética, calculó que en tres meses tomaría Moscú, sin embargo tres años después en 1943 seguía empantanado en las praderas de Rusia. Para poner fin a esa situación decidió apelar a las fuerzas esotéricas por lo que ordenó llevar adelante la operación Trompetas de Jericó para apoderarse del Arca de la Alianza, una reliquia que consideró le ayudaría a vencer la resistencia del pueblo soviético. Sin embargo nada pudo cambiar el destino del III Reich, la debacle ante las tropas soviéticas fue inevitable.

Luego de La Salida y La Transición, planes que fueron apoyados con más de 900 pronunciamientos realizados por el gobierno estadounidense a la prensa internacional contra Venezuela desde enero a marzo de este año, algunos detalles comenzaron a evidenciar una operación de mayores magnitudes cuyo nombre sería descubierto más adelante: el gobierno desvela un plan para bombardear Caracas con dos aviones tipo Tucano identificados como de la Fuerza Aérea Bolivariana, mientras un grupo de oficiales se pronunciaría a través del canal Televen contra el gobierno de Maduro para desatar la confusión de guerra, los enfrentamientos, el caos y la guerra civil...

Así fue como a través de un sutil trabajo de contrainteligencia, el Gobierno revolucionario revelaría la Operación Jericó, una estrategia que no se detendría en Venezuela, sino que tiene por objetivo continuar hacia el sur: Bolivia, Ecuador; ya en Argentina había comenzado un plan para desestabilizar al país y sacar del gobierno a la presidenta Cristina Kirshner, con la excusa de la muerte del Fiscal Nisman.

Una operación de esas magnitudes no podía estar en manos de los subalternos locales del Pentágono, es por ello que Obama la asume personalmente; se trata de palabras mayores, USA involucró en sus planes a Canadá, Inglaterra e Israel -es una guerra continental.

Un análisis superficial de las consecuencias del derrocamiento de Maduro indicaría, en primer término el fin las conversaciones USA- Cuba, al igual que las conversaciones sobre la paz en Colombia que se llevan a cabo en La Habana -sería ridículo pensar que las FARC y el ELN continuarían creyendo que es posible llegar a un acuerdo con las Fuerzas Armadas de Colombia, mientras éstas se involucran en una guerra regional (con la participación del paramilitarismo) en apoyo a la oligarquía venezolana. 
 

Pero los planes no se reducen a Argentina, Bolivia, Ecuador, para llevarlos a cabo EE.UU. Se vería en la necesidad de “torcer el brazo” a Uruguay, Nicaragua, a los países del Caribe, que recientemente se pronunciaron en apoyo al gobierno legítimo de Venezuela.

Una ola de indignación y solidaridad recorrería a los pueblos latinoamericanos (incluyendo a los pueblos de los países de la región cuyos gobiernos ha manifestado su oposición al los gobiernos progresistas del continente; despertaría a los movimientos progresistas cuyos combatientes acudirán en miles al territorio de Venezuela para hacer frente a los grupos armados de la oposición, a los paramilitaresy al ejército colombianos y a las fuerzas mercenarias y de EE.UU., incluyendo a la OTAN.

EE.UU. daría inicio a uno de sus planes más largamente considerados: La guerra de destrucción contra los pueblos de América Latina; un hecho de tamañas dimensiones va a catalizar procesos de lucha dentro de otros países de Nuestra América, por ejemplo, agudizaría la lucha de los partidos políticos contra el gobierno oligárquico mexicano, contra las privatizaciones y empujaría a las masas campesinas y de trabajadores a una vorágine que obligaría a las fuerzas armadas mexicanas a salir de su letargo cómplice. Los gendarmes locales, Chile y Perú entrarían en acción contra Bolivia y Ecuador, etc., etc.

Obama dio un paso más y declaró nuevas sanciones contra Venezuela...

El desastre sería tal que comenzaría en nuestro continente, lo que Chávez llamó la Guerra de los mil años; una conflagración de tal tamaño sólo vería final con las tropas latinoamericanas marchando por el puente de Brooklin o millones de latinoamericanos achicharrados por una bomba nuclear.

Puede parecer descabellado, pero ha llegado la hora del fascismo norteamericano -su Operación Jericó, tan nazi como Hitler. 
 

Los que planificaron esta operación saben que desde el Río Bravo a la Patagonia un sólo escalofrío de guerra recorrería al nuevo mundo. Sonarían las trompetas de Jericó y se derrumbaría los muros que por siglos han contenido la rabia de estos pueblos. No es retórica, porque esas trompetas sonarían también para el pueblo norteamericano.


Marco Aurelio Rodríguez G. 10/03/2015.

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